El espíritu emprendedor no tiene fronteras pero los países si, y muchas veces estas y la burocracia en materia de extranjería frustran los ánimos de inversores extranjeros que no cuentan con doble nacionalidad.
España reconoce la nacionalidad española por valor de simple presunción a los hijos de padres extranjeros nacidos en España en el caso de que el/los países de origen de los padres no le atribuyan una nacionalidad o bien si ambos padres carecen de nacionalidad